martes, agosto 16, 2005

Un apunte sobre el deseo

Como un niño, a lo largo de mi vida he considerado bueno lo que deseo. No importa que muchas veces haya chocado de cabeza contra la pared, constatando lo equivocado que puedo estar: hay una especie contorsión de la razón para justificar lo que deseo: quiero algo, luego es bueno.
De pronto se me abre en la mente (como una granada) la idea de que es posible desear lo que considere bueno. Puedo desear aquellas cosas que estime buenas, pero no necesariamente es bueno todo lo que deseo. Este desplazamiento supone un cambio en el punto de partida que me deja perplejo. Se me plantea, entonces, de golpe, el problema del bien. Si no es necesariamente bueno todo lo que deseo, ¿qué es, entonces, lo bueno? Y por lo tanto ¿qué es bueno desear?