miércoles, diciembre 07, 2011

DESMONTO MI BIBLIOTECA

Lo último que desmonto de mi biblioteca es la sección de poesía, los libros de los que más me cuesta desprenderme y, al mismo tiempo, los que frecuento menos regularmente... Parece una contradicción pero cualquier lector de poesía sabe que no es así. La poesía late, no se agota, palpita; uno se asoma, abreva en sus aguas y  cuando regresa el poema es otro, uno también y solo el poema lo sabe, lo revela en comunión secreta. Además, esa delicia de abrir un libro en cualquier página y recibir sin más una cachetada, una caricia, una revelación, una palabra como si siempre hubiera estado ahí, esperando por vos.