Madre,
Estos son mis despojos
que pongo aquí a tus
pies
como un cumplido homenaje
de mi odio.
Como ves
la devastación fue
completa
y de la lozana niña que
pariste
nada queda.
Ya soy casi una vieja.
Solo espero que
tu senilidad no impida
que valores mi obra y
reconozcas mi triunfo.
¿O aún en tu avanzada
senectud insistirás
en simular tu
insidioso amor de madre
el abrazo del que huí
espantada
y al que ahora
vuelvo derrotada?
Junio, 2014