Luego de mi último naufragio, me convertí poco
a poco en esta isla. No es un territorio amable, bello ni hospitalario, pero me
he acostumbrado a él. Sin embargo, no estoy sola, han llegado otros náufragos. Primero
los vi chapotear a lo lejos, confundidos con las olas; luego los miré acercarse
con ilusión y esperanza que pronto desaparecieron. ¿Hay algo más triste y más solo que ser una
isla?