(Con Mabel Morvillo)
En este ocaso de colores crema y pastel,
en este mundo que en vida fuera tuyo,
asoma de puntillas tu fantasma
y me susurra:
“El tiempo de las flores pasó,
la ola que me trajo se hizo espuma
y en su resaca la arena me cobija.
No es cuna ni mortaja,
sino brisa que fecunda la tierra.”
El ocaso progresa
como una muchacha que se desvanece
entre mis brazos
Y su belleza me arrebata
el aliento.
Cabalgo el último rayo de luz
en lo alto de una nube
y también desaparezco.