miércoles, septiembre 07, 2016

EL TRABAJO

En San Francisco, California, vi una vez a un lustrabotas que se recogía para rezar antes de iniciar su jornada de trabajo.

En el mercado de Coyoacán, México, me conmovió hasta las lágrimas un viejo mendigo que silbaba para que la gente le diera dinero.


Ahora me llena un silencio gozoso y pido la palabra.

(2012)