viernes, mayo 24, 2013

UNA SOSPECHA

Una sospecha, o intuición, o lo que sea, recurrente en los últimos días: si las palabras son por antonomasia el medio de expresión de lo humano, al mismo tiempo lo metaforizan. La palabra es  metáfora del ser humano puesto que la compleja y esquiva relación entre el sujeto psíquico y el ser semeja esa otra relación, no menos problemática y ambigua, entre las palabras y los objetos que designan: las palabras simbolizan lo real, crean en nuestra mente imágenes fantasmagóricas de lo real, de la misma forma en que el yo es una fantasmagoría efímera del ser. Por otro lado y de la misma forma, ambas -el yo y las palabras-, constituyen nuestro único acercamiento posible al ser y a lo real. Las palabras dan testimonio de algo real pero no logran aprehenderlo ni, mucho menos, transmitirlo, de la misma forma en que el sujeto, el yo, es evidencia de algo real que, sin embargo, las palabras tampoco logran aprehender ni, mucho menos, transmitir. Las palabras dicen del sujeto tanto como de las cosas: velan y revelan.

domingo, mayo 12, 2013

CAUSAS

Solo hay algo peor que tener una causa, y es no tener ninguna. Es verdad que en nombre de todas las causas en principio razonables y justas se han cometido las  atrocidades más horrendas; es verdad que las mejores causas se convirtieron en justificación de los peores excesos y crímenes, pero carecer de una causa, por modesta, secreta o íntima que sea, nos acerca peligrosamente a eso que Luis Cardoza y Aragón llamaba "una máquina complicada de hacer mierda", es decir, simples engranajes de la producción y el consumo. Tal vez, para la mayoría de la gente la "causa" que los anima sea de orden   personal o familiar -el bienestar, la seguridad, las comodidades etc.-, y no me parece que necesariamente haya algo despreciable en ello. Sospecho que quienes se sienten por encima de todas las causas y rehuyen comprometerse con ninguna, han hecho de sí mismos su única causa.