miércoles, agosto 04, 2010

APUNTE DIARIO

La sencilla verdad es que soy inmensamente dichoso. Vuelvo a sentir el ardor, la impaciencia, la ilusión juveniles por vivir. La vibración luminosa del aire matinal, los sonidos distantes que trae el día, resuenan dentro de mi como una invitación y un desafío, tal como lo hacían veinte años atrás, pero ahora libres de la incertidumbre vagamente angustiosa que impregnaba entonces estos sentimientos.