martes, febrero 09, 2010

DIVIDE Y VENCERÁS

Como todos nos creemos analistas políticos y entrenadores de fútbol, aquí van mis consideraciones sobre la pasada contienda electoral en Costa Rica:
En términos de la conducta política de una nación, las posibilidades son sorprendentemente reducidas: continuar por donde venimos o aventurar un cambio Si los partidarios del cambio se dividen entre dos, los que defienden la continuidad duplican sus posibilidades de éxito Tras el susto de la elección pasada y del referéndum del TLC, los sectores económicamente más poderosos comprendieron que la única forma de debilitar al PAC sería fortaleciendo al ML. Por ello la campaña del ML dispuso de tantos recursos. Imagino que, a cambio del dinero, se exigió al ML deponer sus arrestos más radicales e ideologizados para que su oferta política resultara potable entre sectores más amplios.

El gran acierto de la campaña del ML fue arrebatar, desde el inicio, la consigna del cambio al PAC. Solo unos pocos gatos entienden que las diferencias programáticas y de visión de país entre el PAC y el ML son enormes; la gran mayoría solo valora que, si desea algún cambio, debe votar por alguno de ellos.

Aunque a muchos les pese, la aprobación a la gestión de Oscar Arias es grande. Para que el llamado al cambio se impusiera, la gente habría tenido que tener la sensación de haber tocado fondo, de que las cosas están muy mal y de que no podía seguirse por el mismo camino. Este sentimiento era mucho más poderoso en la elección pasada, tras los escándalos de corrupción. La prueba es que de sumarse los votos de los dos partidos que apelaban al cambio, apenas se habría igualado al PLN. Por otra parte, la candidata vencedora hizo una campaña correcta, sin correr grandes riesgos ni cometer errores, y proyectó una imagen convincente de persona seria, sensata y capaz.

A mi juicio, estos factores combinados explican el resultado de la pasada elección.

El espacio político tripartito dividido entre un partido de centro izquierda (PAC), un partido de centro-derecha (PLN) y un partido de derecha (ML) que empezó a insinuarse tras los escándalos de corrupción de los expresidentes, es hoy una sólida realidad y cambiará, de aquí adelante, las estrategias de los principales partidos políticos.

Avizoro que, tras el desgaste de ocho años en el poder, el PLN llegará a la próxima elección mucho más debilitado que esta vez. La pregunta, entonces, es quién capitalizará de mejor manera el deseo de cambio, o si este esquema tripartito favorece inexorablemente al partido de gobierno, que además ocupa el centro del espectro ideológico y político, y que puede siempre puede apelar a la estrategia de “divide y vencerás”.