martes, septiembre 21, 2010

LUZ DANZANTE

Me pareció que no era coherente que te aconsejara emprender algo respecto de tu sufrimiento sin hacer yo otro tanto con el mío. De modo que lo hice esta mañana, esta madrugada más bien, en la hora que digo “de mis ángeles” -la alborada, poco antes del amanecer-, evocando mi historia infantil con mi madre. Y en lo que me entregaba a aquella visualización tratando de cambiar el curso doloroso de lo que efectivamente ocurrió entre nosotros y tanto ha marcado mi vida, una sensación fue naciendo del borde mis muslos, en la zona pélvica, y expandiéndose progresivamente por el resto de mi cuerpo: un cosquilleo, una calidez que en mi mente evocaba la imagen de la luz danzando en el agua y a la que por ello llamaré “la luz danzante” se paseaba por mi cuerpo, uniendo las regiones que algunos llaman los “centros de energía”… En fin, una vivencia dulce, placentera y liberadora. Y estas palabras acompañaron aquella sensación: “Lo que viví es verdad pero más poderoso este abrazo”, en referencia a eso que ahora experimentaba. Tras disfrutar unos momentos esta sensación, no pude menos que levantarme de mi cama –donde reposaba todavía- y ponerme a danzar imitando los movimientos de la luz danzante tal como los había visualizado minutos antes en mi mente. Y después del de mi nacimiento –cuando casi morí- este es el amanecer más loco de mi vida: danzando solo, en círculos, para celebrar y agradecer la luz danzante.