viernes, enero 03, 2025

CHATBOT

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Lo más desconcertante de un chatbot de I.A. es su capacidad de articular un discurso coherente en ausencia de un sujeto. Nos identificamos tanto con nuestras palabras que la sola idea nos inquieta. (Tanto es así que en el principio era el Verbo y el mundo es obra del amor y la voluntad divinas). Pero también los seres humanos operamos recogiendo palabras, pensamientos, de aquí y de allá, y reuniéndolos en un haz por esa ilusión o ese espejismo que llamamos “yo”. Mal que nos pese, también funcionamos como los chatbots. Este texto no fue escrito por la I.A.

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Como casi todo el mundo, pienso que el sistema educativo tiene que integrar los chatbot de I.A. como un recurso legítimo (además de inevitable) en la educación. Es absurdo a estas alturas pedir a los estudiantes un trabajo escrito como prueba del dominio de un tema, pues los programas lo realizan en segundos. En cambio, creo que sería muy interesante solicitar a los estudiantes que desarrollen una conversación con el chatbot (por ejemplo, cinco interacciones alrededor del mismo tema) y presentar los resultados. Así tendrían que pensar y podrían evaluarse algunas cosas. Si a ello se agregara un resumen de los resultados de esa conversación escrito presencialmente (ojalá a mano), o bien, que desarrollen una reflexión oral sobre esos mismos resultados (presencial o grabada), tendríamos un verdadero ejercicio pedagógico. Es solo un ejemplo. ¡Cuántas cosas más podría inventar un equipo de conocedores y especialistas en el que también ‒¿por qué no?‒ participaran muchachos y muchachas!