viernes, mayo 19, 2017

DEL OFICIO

Parece broma: a mis 55 años de edad, dedico días enteros a tallar, palabra a palabra, la vida de seres imaginarios, que para más detalle transcurren en lugares inexistentes. No obstante, lo hago con entusiasmo y hasta alegría, convencido de que esto es lo que debo hacer, y de que este es mi modesto aporte a la sociedad.