viernes, mayo 12, 2017

ILUMINACIONES





...Poco antes de morir, comprendí que entregándome al odio que me inflamaba, a la furia vengativa que penetraba hasta la más mínima partícula de mi ser, alimentaría el fuego destructor que había arrasado el mundo que conocí, incluyendo a mis seres amados. Entonces comprendí que solo si me despojaba del odio, me liberaría de las garras de los que se disponían a matarme. Hacerlo dependía de mí, a eso se reducía mi libertad. En ese instante me poseyó una dicha inesperada y experimenté la liberación de quien renuncia a la venganza...

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...y fue entonces cuando el Buda, irradiando luz consciente, abrió por fin los ojos, y sonrió.