Verano nuevamente, y con la estación seca retornan los árboles floridos. Ese escandaloso estallido de colores en las montañas y en los valles; ese delicado tejido que inicia con los porós, sigue con los roble-sabana, continúa con los jacarandás y concluye con los cortéz amarillo.
A propósito de este acontecimiento, escribí el verano pasado un poema que hoy encuentro entre mis papeles:
VERANO
Como una explosión, un estallido,
los porós del parque han florecido.
.
Llama viva, deslumbrante danza:
¡Me sorprendes cada año
como a un niño!
¿Será el naranja
de las flores -¡tan intenso!-
o el azul del cielo que las unge...?
¿Será lo repentino de su grito
o lo fugaz de su esplendor
que me cautiva?
No lo sé.
Mas son tantos veranos ya
Que hoy me pregunto
si los porós están en mi presente
o si los miro florecer en el pasado.